COMO NUESTRA MANERA DE SENTIR INFLUYE EN NUESTRA VIDA
¿En tu día a día sientes emociones negativas que te invaden y eres incapaz de controlar tu estado de ánimo?
Deseas encontrar paz en tu interior, sentirte bien, pero ¿no sabes cómo hacerlo porque no tienes idea de cómo ocurre?
Quieres tener paz en tu interior y no puedes. Haces lo que sabes y has aprendido en la vida y no sales de ese estado y te frustras y te resignas asumiendo que eres así y que no hay solución.
Te voy a explicar una cosa, la clave de tu estado anímico, tus sentimientos, reside en tu interior: lo que sientes es consecuencia directa de lo que piensas. Y, aunque ahora mismo te resulte difícil de creer, tú eres el dueño de tus pensamientos, de la manera de interpretarlos.
Existe estudios con evidencia empírica que confirma que nuestros pensamientos están estrechamente relacionados con nuestras emociones.
Te voy a poner un ejemplo para que lo puedas ver más claro:
SITUACIÓN:he quedado con una amigo/a y llega tarde sin avisar
Estado de ánimo de ese día – 1: estoy contento y me siento tranquilo dentro de mi
Encuentro final – 1: viene mi amigo y me siento tranquilo y comprensivo aunque sea me diga una excusa tonta del porque ha llegado tarde.
Estado de ánimo de ese día – 2: ese día estoy enfado con el mundo y estoy que a la mínima muerdo.
Encuentro final – 2: viene mi amigo y le grito por no ser puntual y porque es una falta de respeto llegar tarde y hacerme esperar.
La misma situación con un estado emocional negativo suele generar unas acciones y pensamientos negativos, generando dolor emocional.
La neurociencia ha establecido que lo primero que experimentamos ante un estímulo concreto es una emoción básica, y que a medida que racionalizamos esa emoción construimos el sentimiento.
La fórmula seria: EMOCIÓN + PENSAMIENTO = SENTIMIENTO
Esta fórmula nos sirve mucho de ayuda para estar alertas ante los pensamientos con los que construimos nuestros sentimientos, porque esos sentimientos van a definir la actitud con la que afrontamos todas y cada una de las situaciones de nuestra vida.
Nuestras emociones influyen en los pensamientos que tenemos, pero la relación es bidireccional: nuestra manera de pensar afecta a nuestro estado emocional. Y aquí es un punto clave, si deseamos experimentar paz, sentirnos bien con nosotros mismos y felicidad, hemos de trabajar nuestros pensamientos, mejor dicho, como desidentificamos de ellos y como ocuparnos de lo que pensamos.
SENTIMOS LO QUE PENSAMOS
Te voy a poner un ejemplo:
SITUACIÓN: nuestra pareja decide terminar la relación.
PENSAMIENTO – 1: Podemos pensar que es una situación catastrófica, insoportable, que nada tiene sentido, que nos ha dejado porque no somos lo suficientemente atractivos, interesante o que soy aburrido. Y que nunca volveremos a experimentar el amor y que nadie más me querrá
SENTIMIENTOS – 1: angustia, rabia y desesperación.
PENSAMIENTO – 2: podemos pensar que el amor se termina y esto no tiene relación con nuestra personalidad, de ser mejor o peor persona, sino que podemos pensar que con esa persona no se ha utilizado un mismo lenguaje para ver el camino que se hacia juntos. Y sentir que uno ha sido afortunado de haber experimentado esos momentos tan bonitos con esta persona y que podemos aprender mucho de esa situación.
SENTIMIENTOS – 2: Evidentemente sentiremos tristeza por la pérdida, pero está será menos intensa y duradera. Además, nos sentiremos confiados, seguros y capaces de seguir adelante.
EDUCA TU MENTE PARA CAMBIAR TU ESTADO DE ÁNIMO
Ahora que ha quedado clara la influencia de los pensamientos en tu vida, es probable que te preguntes lo siguiente ¿cómo hago para controlarlos?
Llevo toda una vida teniendo esos pensamientos y sentimientos negativos y me he identificado tanto con ellos que pienso que soy ellos.
El pensamiento es un hábito. Esto se construye ya des de pequeños. A base de repeticiones se crean unas conexiones cerebrales donde de esta manera el cerebro le resulta mucho más sencillo volverlos a experimentar. Por lo tanto, si siempre has pensado y sentido de una manera, tu cerebro y tu cuerpo le será más fácil reproducir lo que ha vivido que no algo nuevo o no tan usual.
Es un tema complejo pero la finalidad de este artículo es entender que somos más allá de nuestros pensamientos y sentimientos.
El primer paso para romper ese hábito y salir de esa rueda es ser CONSCIENTES de ellos. Así que un ejercicio que te animo hacer es que al final del día recuerdes las situaciones vividas ese día y preguntate que pensaste en ese momento y como te sentiste.
Ser consciente e ir entrenando la mente a este enfoque es el primer paso para poder hacer los cambios duraderos.
Esto lo vemos mucho en consulta y por eso damos tanta importancia en cómo hacer los cambios, e incluir nuestro enfoque mental y emocional en la ecuación del cambio de hábitos para poder sanarnos.
Esas herramientas son dadas en la consulta a medida que se van haciendo los pasos y nuestra comprensión de que nuestra manera de pensar, de sentir y nuestro cuerpo son uno y no pueden ir por separado.